Argentina subacuatica

Los destinos para bucear dentro del país son, naturalmente, más accesibles, pero no por eso menos interesantes. Todo lo contrario: la costa patagónica ofrece condiciones ideales de visibilidad y una rica fauna marina, que hicieron de Puerto Madryn la “capital nacional del buceo”, con numerosos operadores y propuestas para todos los niveles. La ciudad cuenta con una ubicación geográfica privilegiada a orillas del golfo Nuevo, cuya desembocadura cerrada sobre el océano permite disfrutar de aguas claras y tranquilas, a unos 17 grados (como en la costa atlántica bonaerense). La transparencia de las aguas, favorecida por la dirección de los vientos, permite bucear entre meros, salmones, estrellas de mar, pulpos, calamares, medusas... y lobos marinos. Esta es precisamente la actividad “estrella”, ya que se realiza a corta distancia de la ciudad, unos 25 minutos de navegación hasta llegar cerca de la reserva de Punta Loma, donde se puede interactuar con estos mamíferos marinos (algo posible solo en tres lugares del mundo). Quienes no tengan la certificación requerida no se tienen que quedar con las ganas, ya que pueden hacer snorkel con lobos... o pueden iniciar su camino con un bautismo submarino, toda una tradición en Puerto Madryn, que se realiza con tanques y de la mano de un instructor en los arrecifes de Punta Cuevas. Los buzos certificados, por su parte, pueden elegir entre los numerosos naufragios y parques naturales de los alrededores de Puerto Madryn y las costas de la Península Valdés.

Más al norte, también Las Grutas ofrece salidas con aguas un poco más cálidas y excelente visibilidad durante todo el año (para los expertos, el otoño y el invierno son los meses ideales, aunque la época reproductiva de la primavera permite divisar gran cantidad de fauna). Entre los lugares más elegidos se encuentran los arrecifes de la bahía de San Antonio, de rica vida marina, el Parque Submarino Las Grutas, una formación rocosa paralela a la costa muy elegida para los bautismos, El Buque, El Sótano y la isla de los Mejillones. En Fuerte Argentino, una meseta hacia el sur de la ciudad, la geografía es perfecta para el snorkel.

Los auténticos valientes, en cambio, se animarán a una aventura mucho más extrema: se trata del buceo en las aguas del canal de Beagle, junto a Ushuaia, un verdadero desafío por lejanía, clima y escenarios naturales. La aventura en cuestión debe emprenderse junto con los verdaderos conocedores del lugar, sabedores de las técnicas y equipos necesarios para enfrentar el frío –el agua ronda los 8-10 en verano y baja de a 2-4 en invierno– y conocedores también de los lugares autorizados. A pesar de la temperatura, el invierno es más adecuado por la visibilidad de las aguas, ya que en el período estival puede verse algo empañada por la presencia de plancton.

Uno de los lugares recomendados es Bahía Ensenada, frente a la isla Redonda, en el Parque Nacional Tierra del Fuego. La isla tiene profundos paredones con bosques de algas, visitados a veces por lobos marinos. En la misma zona, isla Estorbo y Puerto Cucharita permiten descubrir en el fondo del mar cangrejos, estrellas, anémonas y hasta centollas, llegando en algunos sitios hasta los 35 metros de profundidad. Los alrededores de Ushuaia también tienen buenas opciones para explorar naufragios, una alternativa reservada a los buzos con mayor experiencia, ya que la variabilidad de las condiciones climáticas está a la orden del día: entre las posibilidades se encuentran el vapor “Sarmiento” y el “Monte Cervantes”, muy dañado cuando se intentó trasladarlo desde su ubicación original hasta las costas de Ushuaia, pero aún accesible en parte.

Lagos y lagunas

No todo es mar en materia de buceo: quedándose en la Argentina, es posible explorar otras opciones de inmersión en agua dulce que permiten descubrir lugares insólitos y de gran belleza. Aquí, algunas opciones a lo largo de la cordillera:

- Lago Nahuel Huapi: los meses que van de noviembre a abril son los mejores para explorar el fondo de este lago que se extiende sobre 557 km2 junto a San Carlos de Bariloche. Dado que el lago se encuentra a 765 metros sobre el nivel del mar, se lo considera buceo de altura (por lo tanto, las salidas se planifican como si fueran a profundidades superiores). Se pueden ver percas, truchas y salmones; tiene zonas adecuadas para expertos y otros para bautismos, muy cerca de la costa, en la zona de isla de las Gallinas. Entre las curiosidades, hay un tronco de pino de dos toneladas, a 15 metros de profundidad, que muestra tallada la silueta de Neptuno.

- Lago Traful: es una de las estrellas del buceo en el sur, gracias al curioso Bosque Sumergido, un curioso conjunto de cipreses que se mantuvo de pie en el fondo de este lago neuquino, al borde Villa Traful. Muchos de los árboles sobresalen sobre la superficie del lago; se puede bucear hasta las raíces pero es necesaria una certificación.

- Los Reyunos: el sur de Mendoza es tierra de aventuras, y si es subacuática se puede probar la inmersión en el dique Los Reyunos (a partir de los diez años). Como en toda la provincia, se considera buceo de altura, y se llega en este caso a una profundidad de entre tres y seis metros. Otros sitios donde se practica buceo en la provincia son el dique Potrerillos, la laguna de la Niña Encantada, Valle Hermoso y la laguna del Diamante.

Fuente: Página 12 Turismo

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