En Punilla, Villa Carlos Paz
es, por trayectoria y desarrollo, el principal destino vacacional
cordobés y ofrece un vasto programa de actividades, para todos los
gustos.
Desde rincones solitarios, donde la naturaleza es protagonista con
dosis de agua, sombra y sol, hasta una ciudad de agitada vida nocturna,
con casi 15 espectáculos teatrales que iluminarán las marquesinas
durante esta temporada, mientras la incontable carta de restaurantes,
confiterías, bares, cafés, casino y bingo, ajustan sus mejores ofertas.
Villa Carlos Paz
atrae a los jóvenes tanto como a las familias con niños pequeños, a los
fanáticos del teatro y a los aventureros. Por esa razón, tiene un
abanico de programas para todas las edades, incluso los más pequeños,
con espectáculos y entretenimientos.
Si durante el día el dique San Roque, los balnearios y las costas de
los ríos son las más frecuentadas, la noche convoca al perímetro urbano
en cuyas calles céntricas se da cita la vida.
Antes de la cuota de agua y sol, o después de ella, se puede disfrutar
de las visitas guiadas gratuitas que ofrece la villa. Una de ellas es el
Parque Estancia La Quinta, un predio ubicado en el barrio homónimo,
cercano al balneario El Fantasio. que acerca a los visitantes el
patrimonio cultural legado por los jesuitas.
Si se avanza por el corredor de la ruta nacional 38, eje del valle de Punilla, se encuentran otros centros, tales como Cosquín,
con sus varios festivales. Entre ellos, por trayectoria y magnitud, el
más difundido es el Festival Nacional de Folklore, que este año se
extenderá del 21 al 30 de enero.
A continuación, La Falda
recibe con sus armoniosos perfiles, que combinan ambientes naturales y
un importante desarrollo turístico basado en numerosas plazas de
alojamiento y de gastronomía. Su convocatoria va más allá con el
emblemático Hotel Edén, testimonio de los orígenes turísticos de la
ciudad.
Continúan Valle Hermoso, Huerta Grande
y Villa Giardino. En esa dirección se encuentra Los Cocos, que desde
sus orígenes se perfiló como destino de entretenimientos y ocupó ese
nicho de la oferta turística con el Parque Recreativo Cultural El
Descanso y el famoso laberinto, con magníficos parques.
Con el tiempo, nuevos emprendimientos recreativos enriquecieron el
lugar conformando un complejo único en su tipo. Una de esas inversiones
fue la telesilla, que sube hasta los 1.440 metros sobre el nivel del mar
y en la cima, con infraestructura y servicios, se tiene una panorámica
inigualable del valle de Punilla.
Los Cocos muestra una imagen de pueblo serrano, limpio y cuidado con
esmero. Comercios gastronómicos y de artículos regionales le aportan
movimiento y colorido al pintoresco paisaje.
Más al norte está La Cumbre,
de distinto perfil que seduce a los viajeros por sus ambientes
refinados y una magnífica cancha de gol. Al final del corredor, Capilla del Monte, con el cerro Uritorco que atrae a numerosos jóvenes aventureros y a aquellos cultores de las terapias alternativas.
Opciones como cabalgatas, windsurf y canotaje; escalada en roca, y
parapentismo, están dispuestas para los más intrépidos. Del mismo modo,
propuestas más tranquilas de turismo alternativo, como trekking, se
multiplican en recorridos por senderos no tradicionales a través de
montañas, faldeos o quebradas que se dirigen al Uritorco, Los Mogotes y
Los Paredones; diques Los Alazanes y El Cajón, y el paraje Huertas
Malas.
Fuente: La Voz Turismo
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