Bahía Bustamante fue un pueblo alguero durante el siglo
pasado. Si bien sigue viviendo al ritmo de las mareas, fue reconvertido
en un curioso hotel donde las habitaciones son casas y donde la playa
es el “lobby”. Una experiencia inolvidable en medio del nuevo Parque Nacional Marino Patagonia Austral.
Llegar a Bahía Bustamante es como llegar al fin del mundo, a un punto perdido en los mapas del sur de Chubut.
Desde Camarones, la referencia más cercana son kilómetros y kilómetros
de ripio sin muchas indicaciones. El pueblo, que tiene un nombre
heredado directamente del mar que lo rodea, se parece a cualquier otro
de la Patagonia:
lo forman casitas bajas, modestas y espaciadas; una iglesia con una
plaza de juegos rudimentarios le da sin embargo un poco de alma. Un
cementerio barrido por los vientos en medio de la estepa le suma un
toque de soledad... por si hacía falta. Lo que pretende ser la calle
principal bordea el mar, y podría ser una prolongación de la playa de
canto rodado. Algunos galpones de chapa le dan el indiscutible sello de
cualquier estancia patagónica: en definitiva un pueblo como cualquier
otro, recóndito en las inmensidades del sur, lamido por los incesantes
vientos australes y envuelto por la increíble belleza patagónica.
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http://www.365argentina.com/chubut/bahia-bustamante-y-la-patagonia-costera_nota1505.htm
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