Conocer la ciudad de Córdoba en 48 hs

Un completo recorrido por la ciudad de Córdoba y lugares cercanos, como Alta Gracia. Las iglesias y los museos, los sitios históricos, los cafés y los nuevos paseos de compras.

Hace tiempo que la ciudad de Córdoba dejó de ser aquel “claustro encerrado entre barrancas”, como la definía Sarmiento, pero algo de todo eso persiste en el recuperado casco histórico, cuyo eje es la Plaza San Martín. Una pintura del italiano Honorio Mossi, que se puede ver en el Museo Superior de Bellas Artes ubicado en el Palacio Ferreyra, “Córdoba en el año 1895”, muestra la ciudad desde lo alto y hacia el sur, con el ojo puesto en “la calle ancha” que hoy es el eje de las avenidas General Paz y Vélez Sársfield. Están los límites que siempre ciñeron a Córdoba: el río Suquía al este y al norte, las barrancas al sur y el arroyo de La Cañada al oeste. Una foto panorámica de Manuel Pascual, “Córdoba en el año 2010”, tomada desde el mismo ángulo que el pintor Mossi, permite ver cuánto cambió todo: la ciudad tiene ya dos millones de habitantes, es un paisaje de torres vidriadas, bordeadas por el asfalto y las aguas de La Cañada.
Hacia el año 1920 el barrio Nueva Córdoba abundaba en palacetes elegantes –allí está, por caso, el Palacio Ferreyra– alrededor de la Plaza España y el Parque Sarmiento. Pero cambió desde 1950 con la nueva Ciudad Universitaria: hoy, los 160.000 estudiantes anuales que recibe la ciudad explican el auge de los nuevos edificios, bares y discotecas sobre la calle Rondeau.
El sueño de hoteleros y funcionarios es que algunos de los 350.000 turistas anuales que llegan permanezcan aquí al menos tres noches. Con ese plan se mejoraron las conexiones aéreas: hay 15 vuelos diarios desde Buenos Aires, y conexiones directas con Brasil, España y Chile. Algunas cadenas hoteleras se están instalando en el casco antiguo, por donde ya se pasean los “policías turísticos”, gente joven con dominio de idiomas.
Aquí, un programa de 48 horas para disfrutar de la capital provincial y alrededores.

Primer día en Córdoba

8.00 El ritual del desayuno es en el “Bar Sorocabana”, en la esquina de San Jerónimo y Buenos Aires: un café con medialunas. Este bar es un emblema cordobés, abierto las 24 horas ante la Plaza San Martín.

09.00 La Plaza San Martín es el corazón del casco antiguo, fue Plaza Mayor de Córdoba en tiempos coloniales. Acá se hacían corridas de toros y el gobernador Sobremonte puso las primeras farolas públicas, en 1790. Hacia 1901 el paisajista Charles Thays plantó los lapachos, plátanos, tipas, magnolias y palmeras que hoy dan sombra. El monumento a San Martín es de 1916. Frente a la plaza está la Catedral, el Cabildo y la casa del Obispo Mercadillo. En otra esquina se ve la iglesia, convento y museo de las Carmelitas Descalzas. En el pasaje peatonal de Santa Catalina, que con sus cien metros une la plaza con la iglesia de Santa Catalina, está el Archivo Provincial de la Memoria, que recuerda en sus paredes los nombres de personas desaparecidas entre 1969 y 1983.

10.00 El blanco edificio del Cabildo, con una fachada de 15 arcadas, escaleras y salas construidas en la época de Sobremonte, hoy es un centro cultural, con un patio que guarda estatuas francesas y un pequeño shopping. Desde 1822 fue casa de gobierno, luego cárcel y sede policial hasta 1992. Se merece una visita, igual que la Catedral, de paredes color terracota. Restaurada en 2010, tiene en el atrio un curioso monumento fúnebre que reúne al general José María Paz con su esposa, Margarita Weild. Los ángeles de las torres son puro barroco americano, hay pinturas de Caraffa, el reloj es un regalo del ferrocarril inglés y el Cristo de bronce es francés. La puerta de entrada es jesuítica, tallada en cedro paraguayo, igual que la gran sillería del altar mayor.

11.00 Una caminata por la peatonal Obispo Trejo lleva hacia la Manzana Jesuítica. Allí está la famosa iglesia de la Compañía de Jesús: el techo es como la quilla invertida de un barco, una hazaña arquitectónica del año 1660. El Colegio de Monserrat tiene un buen mural y conserva partes de la imprenta jesuítica del siglo XVIII. En el edificio del Rectorado de la Universidad de Córdoba, con un patio dominado por la estatua de Fray Fernando de Trejo y Sanabria –fundador de la universidad– se conservan varios libros “incunables” jesuíticos. La sillería y ebanistería del Salón de Grados universitario, igual que la capilla española, son algunas de las grandes obras de arte local.

13.00 Un almuerzo en el “Bar Cafeto” para reponer fuerzas, justo frente a la Manzana Jesuítica. Tostados, cazuelas, tablas de fiambres, tartas. Pero además, en la “cava” del bar, hay restos de la red de agua corriente construida a fines del siglo XVIII por el gobernador Sobremonte.

15.00 Las aguas corren encajonadas por murallones en La Cañada, romántico paseo cordobés formado por un afluente del río Suquía. Bajo la sombra de las tipas, se puede andar diez cuadras por los veredones desde la céntrica Dean Funes hacia Laprida y Belgrano, eje del barrio Güemes –recuerda al porteño San Telmo– con anticuarios y casonas memorables. Los fines de semana funciona en el pasaje Revol y calles cercanas una feria, el Paseo de las Artes, con platería, telas y antigüedades.

17.00 Con sus tres naves de piedra sin labrar, la Cripta Jesuítica del Noviciado Viejo, descubierta en 1927 bajo del cruce de Colón y Rivera Indarte, es uno de los más fascinantes recorridos subterráneos. Reabierta en 1989, ahora es un salón de actos culturales.

19.00 Caminar los 2.500 metros de la “Media Legua de Oro Cultural” entre la Plaza San Martín y el barrio Nueva Córdoba, permite ver edificios históricos, museos y centros culturales. Así pasan el Teatro Real y el Teatro San Martín. Por la avenida Hipólito Yrigoyen se llega al Paseo del Buen Pastor –donde estaba la antigua cárcel de mujeres– ahora transformado en centro de arte, con capilla restaurada y sitios para comer o hacer compras. Así se llega al imponente Museo Superior de Bellas Artes ubicado en el Palacio Ferreyra, que tiene obras de Fader, Pettoruti, Malanca y Alonso. Enfrente, a la entrada del Parque Sarmiento, está el Museo Caraffa, dedicado al arte contemporáneo. Y a pocos metros, por la calle Lugones, el Museo de Ciencias Naturales. El paseo culmina en la Ciudad de las Artes, donde hay salas de exposiciones y funcionan las escuelas de cine, teatro, danza y artes plásticas.

22.00 Para los jóvenes, la noche está en los bares de Nueva Córdoba, en las calles Rondeau y Chacabuco. Para los mayores, el sitio es Alta Córdoba, con pubs en las calles Urquiza y Fragueiro. Otra opción: las peñas folclóricas. Y los restaurantes gourmet de la ciudad, al estilo de “El Papagayo” y “Casa Galán”, con cocina de autor.

Segundo día en Córdoba

10.00 Una visita a Alta Gracia, ubicada a 35 km de la ciudad de Córdoba, puede llevar buena parte del día pero se justifica por su historia y las personalidades que allí vivieron. La estancia jesuítica de Alta Gracia, la casa museo donde vivió su niñez Ernesto “Che” Guevara y el chalet del músico español Manuel de Falla, son los tres sitios más concurridos por el turismo.

11.00 Alta Gracia nació en 1868 cuando se lotearon las antiguas tierras de la Estancia Jesuítica creada en 1643. Por eso, el casco de la estancia quedó en el centro del pueblo: la iglesia barroca, la residencia jesuítica (hoy museo) y el Tajamar, un dique de piedra que daba agua de riego para las chacras y hacía funcionar dos molinos harineros. Se pueden ver el obraje y herrería, junto a las casas de los 300 esclavos de la estancia. Santiago de Liniers compró estas tierras en 1810. La iglesia es un modelo de barroco americano, obra de los arquitectos Prímoli, Bianchi y Kraus. En el museo hay varias salas ambientadas al estilo colonial y del siglo XIX, no faltan tallas religiosas. El general Paz firmó aquí en 1830 el pacto de la Liga Unitaria y fue amigo de Juan Manuel Solares, dueño de las tierras. Ambos habrían sido masones, como lo atestigua un escudo en la pared de una sala.

12.00 El chalet “Los Espinillos” es la sede del Museo Manuel de Falla. El músico se exiló en 1939 refugiándose aquí de la Guerra Civil Española. Están sus objetos personales, su piano y varias partituras del autor de “El amor brujo”. Dos pinos que se conservan como en la década de 1940 marcan la entrada del chalet “Villa Nydia”, donde Ernesto “Che” Guevara vivió su infancia: el clima seco de Alta Gracia era ideal para aliviar su asma. “Villa Nydia” es hoy un museo para recorrer la vida de Guevara: hay cartas, ropas, libros, réplicas de su moto Norton 500 y su bicicleta Garelli, además de impactantes fotos, como la que muestra a la familia Guevara en las piletas del antiguo Sierras Hotel de Alta Gracia.

14.00 Construido en estilo inglés en 1908, el Sierras Hotel sigue allí aunque fue reciclado en 2006 por la cadena Howard Johnson. Es un testigo de los orígenes del turismo cordobés y vale la pena recorrerlo, antes de almorzar en el Golf Club de Alta Gracia.

16.00 De vuelta en la ciudad de Córdoba, una caminata para hacer compras en el Paseo del Buen Pastor permite sorprenderse con más arquitectura. Frente al Buen Pastor está “la otra catedral de Córdoba”, la iglesia de los Padres Capuchinos: es obra del italiano Augusto Ferrari, padre del artista plástico León Ferrari. En la década de 1920 Ferrari hizo esta iglesia neogótica, que asombra a muchos por su decoración. Más al centro, en San Jerónimo 166, el Banco de Córdoba diseñado en 1887 por Francisco Tamburini deslumbra con su hall de entrada, sus vitraux y esculturas, además del museo de la moneda. Frente al Parque Sarmiento, el Palacio Ferreyra merece una visita tranquila, para ver la serie “Manos anónimas” del pintor Carlos Alonso y también para gozar del esplendor de esta mansión, réplica del hotel Kessler de París.

21.00 Se puede empezar la noche en Nueva Córdoba y luego caminar hacia la peña “El Aljibe”, en Elías Yofre al 700. Ahí no faltan empanadas, carnes y un escenario representativo del folclore.

Fuente: Clarín Turismo

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