MIentras muchos celebraban San Valentín, el domingo pasado, el pueblo mandarín celebró el Año Nuevo chino, que esta vez rindió homenaje al mayor felino del zodíaco oriental. Festejos porteños en Belgrano.
Por un buen comienzo. El mitológico dragón con cuerpo de serpiente recorre locales y hogares con buenos augurios para el pueblo oriental.
Coordenadas: En el bajo Belgrano, por la calle Arribeños desde Juramento hasta Blanco Encalada.
Cómo llegar: Con la Línea Tigre – Retiro del Ferrocarril Mitre, bajar en la estación Belgrano. Colectivos, todos los que van a Barrancas de Belgrano. Desde allí, sólo hay que cruzar las vías del tren. La opción subterránea es la línea D; bajar en estación Juramento y caminar por Juramento hasta Arribeños.
Souvenir: Los rolls de sushi, económicos y sabrosos son una buena opción. Los pequeños budas de la suerte y, por supuesto, algún farolito de papel. Hay despensas que venden arroz chino, fideos de arroz y variedades de brotes vegetales que cuesta conseguir en otras partes.
El poder y la abundancia
El Festival del Año Nuevo Chino se desarrolla durante quince días y es un momento de liberación de las preocupaciones y una oportunidad de encuentro para el pueblo mandarín. Con el comienzo de la primavera, las familias limpian la casa y aguardan la llegada del nuevo año con platos típicos como camarones y vieiras en sal y pimienta, albóndigas de arroz glutinoso o torta de Año Nuevo, y dejan las luces encendidas para mantener alejada a la bestia Nian que amenaza sus vidas. El 14 de febrero en el bajo Belgrano la calle Arribeños, desde Juramento hasta Blanco Encalada, se transformó en un río humano que, lento, circulaba alrededor de los puestos dispuestos en medio de la calle, el escenario,y los bazares y restaurantes chinos de todos los días. Era difícil caminar y en el aire circulaba una especie de inquietud volcada sobre las tiendas de comida. El público compraba con entusiasmo los pinches de carne de cerdo o pescado, patas de pollo fritas, dumplings o empanaditas primavera, servidos en bolsas de plástico o papel, para comer al paso. Mientras, el dragón recorría los locales y los transeúntes lo tocaban para asegurarse de que durante este nuevo año ajeno se cumplan los deseos propios.
El zodíaco oriental cuenta que este año es del Tigre, un animal que simboliza poder y abundancia, que se relaciona con la tierra pero que en este año le toca ser de metal. Fundamentales en la mitología china -y también en la tibetana- estos amos del bosque se asocian al comienzo de la primavera, estación que caracteriza a este festejo milenario.
Fuente: Diario Perfíl
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0445/articulo.php?art=20027&ed=0445#
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