Por el histórico Camino Real, la Feria Upianita propone degustación de platos típicos, artesanías, música folclórica y paseos en sulky.
Como una postal que remonta al pasado, en el agreste monte de Santiago del Estero, Upianita se erige junto al histórico Camino Real, que era el paso obligado de las expediciones que se dirigían al norte en el siglo XIX. Desde hace tres años, es el polo de atracción de miles de turistas y santiagueños, que cada fin de semana recrean las costumbres de este pueblo en contacto con la naturaleza.
A 27 kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero, la Feria Artesanal y Productiva Upianita propone un interesante programa para que pueda disfrutar toda la familia: un día de campo con música folclórica, buena gastronomía, paseos en sulky y degustación de quesos de cabra, la imperdible especialidad de la zona, que preparan las mujeres lugareñas.
El parque temático "Upianita Escultura, Naturaleza y Leyendas" ofrece trece obras que recrean los relatos más populares. También se puede apreciar la Exposición de Cruces, que resume la historia viva, cultura y religión de las comunidades del Camino Real y el Jardín Botánico de cactáceas, que cuenta con diferentes especies de xerófilas que se deben conocer. Es un inmenso predio dominado por bosques de algarrobos, quebrachos, itines, talas y chañares, que con sus generosas copas resguardan a los visitantes del impiadoso sol de verano o del frío invernal que castigan Santiago del Estero.
Sobre el pequeño escenario, erigido a la sombra de un enorme algarrobo, se presentaron artistas renombrados como Peteco, Cuti y Roberto Carabajal y Raly Barrionuevo, además de jóvenes artistas locales, menos conocidos pero que muestran gran talento.
Bajo la sombra de los árboles, dispersas entre el inmenso bosque, las mesas artesanales de algarrobo y los bancos inducen a los visitantes a sentarse a degustar exquisitos manjares. Tientan el chivito, lechón al horno de barro o asado criollo (cuesta $ 10 la porción), empanadas o pasteles de charqui, vizcacha, pollo o carne (a $ 15 la docena), locro, tamales ($ 5 cada uno), distintos sabores de queso de cabra y vinos (desde $ 5 la botella). Un párrafo aparte merecen los inigualables dulces artesanales de cayote, zapallo, higo o miel de caña, que sólo se consiguen en los puestos de sabores autóctonos de Upianita.
Los artesanos
Son admirables los trabajos de las teleras santiagueñas y las artesanías en madera, cueros de cabra y de vaca, en los que se aplican técnicas milenarias para el curtido del cuero y para teñir los lienzos. En verano, Upianita se abre al público los sábados desde las 18 hasta la medianoche.
A 2 kilómetros de Upianita por el Camino Real se erige la higuera a cuya sombra descansó el general José de San Martín durante su travesía hacia el norte. También se puede visitar la capilla de San Pedro y el Museo Ashpap Rymayny ("La voz de la tierra").
El irresistible atractivo de Upianita empieza a perfilarse ni bien se deja atrás la capital provincial por la calle Independencia y el trayecto de 27 kilómetros continúa por un camino provincial paralelo a la ruta 9. Los turistas empiezan a disfrutar con la vista de las señoriales fincas que se alinean a los costados del pavimento. Muchas de esas quintas de fin de semana lucen impecables jardines decorados con plantas y flores, pileta, cancha de fútbol y centenarios árboles. En medio de ese paisaje colorido aparecen cultivos de alfalfa, ganado pastando y pequeñas huertas familiares.
Antes de completar los últimos 4 km hasta Upianita por el camino de ripio que antiguamente formaba parte del Camino Real, los puestos de artesanías imponen más de una parada. Son imperdibles los trabajos en cerámica precolombina y las mesas y sillones de algarrobo con cuero trenzado que fabrica Patricio con sus propias manos. También afloran las magistrales obras de arte que producen las teleras en forma totalmente artesanal. Tejen en sencillos telares de madera y, para teñir sus telas, se valen de las tintas que les brinda la naturaleza.
Para hospedarse en Santiago del Estero capital, el hotel Carlos V cobra 340 pesos la habitación doble con cochera y desayuno; el hotel Centro, $ 235; hotel Savoy, $ 210; hotel Iovino, $ 88.
Fuente: Clarín Turismo
http://www.clarin.com/suplementos/viajes/2009/12/20/v-02104337.htm
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